A día de hoy, todos sabemos lo importantes que son las sillas ergonómicas tanto para evitar trastornos musculoesqueléticos y bajas laborales, como para poder rendir más y cansarnos menos durante las largas horas que pasamos sentados trabajando o estudiando. Sabemos que las sillas ergonómicas son importantes para nuestra salud, pero ¿realmente sabemos utilizarlas y sacar el mejor provecho posible de este mueble indispensable en cualquier oficina?
Recordando los puntos básicos de las sillas ergonómicas
En otros artículos de nuestro blog te hemos comentado qué características básicas deben tener los asientos ergonómicos, vamos a recordar los puntos principales rápidamente:
- Soporte lumbar acolchado regulable en altura.
- Asiento con una profundidad comprendida entre los 380-420 milímetros y una anchura de entre 400 y 500 milímetros.
- Asiento cómodo, pero firme y fabricado con tejidos transpirables.
- Ruedas autobloqueables que permitan el movimiento en pequeñas distancias, pero que impidan que la silla operativa se mueva mientras nos sentamos o levantamos.
Check-list para evitar malas posturas
Aunque llenemos nuestra oficina de los mejores sillones de dirección y sillas operativas adaptadas a las condiciones fisiológicas de cada usuario, si no cuidamos nuestros hábitos posturales, estos eficaces asientos no podrán cumplir la importante función para la que han sido diseñados: mejorar nuestra salud, minimizar el cansancio y conseguir que mantengamos en el mejor nivel posible nuestra energía y productividad. A continuación te presentamos 15 cuestiones relacionadas con las sillas ergonómicas, un pequeño check-list que te ayudará a comprobar fácilmente si le estás sacando todo el partido posible a las funcionales sillas ergonómicas:
Revisa ahora tus respuestas a la lista de control anterior. ¿Crees que tus sillas o tus hábitos posturales se podrían mejorar?
