Hacer de tu oficina un lugar más creativo.
Los colores más relajantes, como verdes y azules, son menos estimulantes, así que nos distraen menos de la tarea que tenemos al frente.
Cada vez más estudios sugieren que la iluminación, el color de las paredes e incluso la altura de los techos pueden tener un gran impacto sobre nuestra forma de pensar.
Si bien las oficinas de planta abierta pueden ser una forma barata de meter más empleados en menos espacio, también pueden minar su creatividad.
Las oficinas bien diseñadas suelen crear ambientes que hacen pensar mejor a sus trabajadores, muchas veces sin que ese haya sido el propósito original.
Sin embargo, algunas empresas están ahora activamente recurriendo a la ciencia para ayudar a liberar las mentes de sus trabajadores.
Según la psicóloga de diseño ambiental, Sally Augustin, una de las formas más fáciles de inspirar la creatividad es escoger el color correcto para las paredes.
Su empresa Design with Science basada en Illinois, EE.UU., ayuda a las empresas a incorporar la investigación a sus espacios de oficinas.
Aunque siempre habrá algún efecto por las preferencias personales, el verde ha sido vinculado directamente a la creatividad, como también los azules celestes y amarillos.
Según Augustin, puede haber dos razones para ese efecto. En primer lugar, colores más relajantes, como verdes y azules, son menos estimulantes, así que nos distraen menos de la tarea que tenemos al frente.
Y, por otra parte, Augustin afirma que el verde también nos recuerda a la naturaleza, lo que puede ayudarnos a sentirnos más calmados.
En ese sentido, si hay un color que se debe evitar, es el rojo.Nos puede dar una inyección de energía, pero se le ha vinculado a una disminución del rendimiento analítico y sentimientos más agresivos.
La iluminación es también fundamental para fomentar la creatividad, dice Augustin. Y se ha mostrado que conseguir el balance correcto de luz es crucial para mantener el ambiente apropiado dentro del lugar de trabajo.
Si hay demasiada oscuridad, los trabajadores pueden sentirse somnolientos, mientras que demasiada iluminación puede hacerlos sentir ansiosos.Los expertos recomiendan que el nivel ideal de luminosidad en una oficina sea de unos 500 lux, una medida de luz similar al amanecer en un día claro.
Sin embargo, Augustin dice que la mejor clase de iluminación es la luz natural. Se ha mostrado que mejora nuestro estado de ánimo, nos ayuda a dormir mejor y nos hace más productivos.
«Si tienes acceso a la luz de día natural, pero estás mirando a una pared de ladrillos, entonces eso no funcionará», advierte Sargent.»Es una combinación. Quieres luz, pero también ver vegetación, agua y madera. Esas cosas tiene un impacto positivo sobre casi todo el mundo».
Augustin afirma que cuando se trata de iluminación artificial, la calidez y los colores importan.En lugares de trabajo de colaboración, donde necesitamos pensar creativamente, Agustin afirma que un color cálido es ideal.
Si necesitamos concentrarnos o pensar analíticamente, una luz más azul es mejor.
Otro estudio de la Universidad de Cornell, EE.UU., mostró que usar iluminación enfocada indirectamente hacia arriba tenía un impacto más positivo sobre la satisfacción y productividad de los trabajadores.
Quizás lo más sorprendente sea que la cantidad de espacio que tienes sobre tu cabeza puede afectar tu forma de pensar.
Un estudio de 2007 observó como la altura de los techos impacta el proceso mental de las personas y encontró que los más altos generan más pensamientos creativos, mientras que los más bajos ayudan a la gente a completar tareas más prácticas.
«La altura de los techos trae a la mentes distintos tipos de conceptos y pensamientos», apunta Joan Meyers-Levy, autora del estudio. «Esos conceptos luego influencian la forma real como procesas la información».
«Si un techo es alto, activa la idea de libertad o la falta de límites», dice. «Con techos bajos activas conceptos de restricción y confinamiento».
Y no es una nueva área de investigación. El estudio menciona un trabajo hecho por Edward Hall en 1966, aplicando esa teoría a los lugares de oración.
Hall destacó que «las capillas que son pequeñas y de altura limitada probablemente transmiten la noción de confinamiento o restricción, mientras que las catedrales imponentes hacen pensar en la libertad y la amplitud del cosmos».
-Diseño aplicado
Incorporar todos esos elementos ocultos de diseño significa desarrollar una variedad de espacios para que el personal pueda encontrar privacidad si la necesita, pero también áreas para la creatividad y el pensamiento analítico, dice Sargent.
Añade que, por ejemplo, una compañía puede incluir una sala con techos altos para un trabajo más creativo y otra con techos más bajos donde se pueda completar una labor más práctica.
El espacio de la oficina no es, por supuesto, lo único que contribuye a la creatividad. Nuestros colegas, los jefes y la pasión por nuestro trabajo también son factores.Sin embargo, nuestro entorno puede darnos una inyección de creatividad.
Para quienes trabajan en espacios lúgubres, añadir plantas a un cubículo o fotos coloridas sobre el escritorio puede servir de ayuda para hacer fluir la vena creativa, destaca Sargent.
«Se trata de crear una variedad de espacios», dice. «Queremos crear ambientes que maximicen el potencial de ser exitoso».